domingo, 24 de octubre de 2010

El secreto de sus ojos

Nunca es tarde... La verdad es que la tenía apartada para ver desde hacía mucho tiempo. Buenas críticas, premios, precedentes interesantes del duo Campanella-Darín, recomendaciones encarecidas de amigos que no podían comprender que todavía no la hubiera visto... Así que la noche del viernes la dediqué a ver El secreto de sus ojos y la experiencia no ha podido ser más satisfactoria.
Un buen reparto con Ricardo Darín y Soledad Villamil a la cabeza, pero secundados por un brillante e irreconocible Guillermo Francella ( Un Día en el Paraíso o Un novio para mi mujer ) haciendo un Pablo Sandoval borrachín e imprescindible para el perfecto engranaje de la historia, y por Pablo Rago, ese viudo que termina por subirse a los mismísimas barbas del sistema, y al que todos recordaréis como el amigo italiano de Ernesto Alterio en la serie Vientos de agua, otra creación de Campanella.
La película de Juan José Campanella ( El mismo amor, la misma lluvia, El hijo de la novia, Luna de Avellaneda, todas ellas con Ricardo Darín de protagonista ) es realmente brillante, te mantiene en posición de firmes desde el minuto uno y no te permite un respiro hasta que la puerta del despacho de la fiscal Menéndez-Hastings se cierra.
Y es que en el fondo El secreto de sus ojos, basada en la novela de Eduardo Sacheri La pregunta de sus ojos, es mucho más que que la simple recreación de la investigación de un brutal asesinato. La trama nos va llevando poco a poco a la otra historia central, esta de amor, entre dos personajes, Darín y Villamil ( que ya trabajó a las ordenes de Campanella en El mismo amor, la misma lluvia ), incapaces hasta el último instante de reconocer lo que es una pura evidencia para el espectador.
Y que decir de esos postreros segundos de metraje, que me resultaron tremendamente emocionantes, con un diálogo sencillo a la vez que premonitorio de un desenlace feliz. Va ser complicado, dice Villamil. Darín la mira con una media sonrisa que lo dice todo: no me importa. Y ella pone fin a todo con un cierra la puerta que pone los pelos de punta.
Será que soy un romántico empedernido, tal vez, pero me pareció un momento maravilloso, un buen broche final a una película que nadie debería perderse.






Esas frases del Facebook

Hay frases, curiosas, divertidas o reales como la vida misma, que cada poco se te cuelan en el Facebook. Alrededor de ellas se forman grupos de personas que están de acuerdo con su contenido o, sencillamente, les resultan graciosas. Son miles, y van de los temas más variados que uno se pueda imaginar, pero los vinculados al corazón, amor, amistad, se llevan la palma. A saber porqué...
Un servidor pertenece a dos grupos de esos que te llevan a la carcajada: Frases célebres de clientes del Corte Inglés y Siempre hay un colega que acaba soltando: " No hay huevos " y se lía parda.
En los últimos días dos amigas, siempre ellas a la que salta, se han unido dos comunidades con frase de las que te hacen pensar: una, joven, con toda la vida por delante, se inclina por esperar algo con una indirecta y se decidió por esta: El corazón también se cansa de creer, de perdonar... y de esperar. La otra, joven también pero que arrastra una mayor experiencia en la vida, apostó por esta, mucho más realista y conservadora: La mejor forma de no decepcionarse es no esperar nada de nadie.
Es curioso lo que la gente le da al " coco ", pero no me podéis negar que las dos frases no tienen desperdicio. Como diría el esforzado reportero de antaño, seguiremos informando.