El éxito artístico estuvo unido esa noche a las protestas por los recortes impuestos por el gobierno de Berlusconi a todos los proyectos culturales, apremiado por una crisis que no conoce de las necesidades del cuerpo ni del alma. Protestas, duras, en las afueras de La Scala y dentro con el sentido discurso de Daniel Barenboim, donde habló en nombre de de mis colegas que tocan, cantan, bailan y trabajan no sólo en este magnífico teatro sino en todos los teatros de Italia, quiero decirles que estoy preocupado por el futuro de de la cultura en este país y en Europa. Despúes el director leyó el artículo 9 de la Constitución italiana, en el que el Estado se compromete a promover la cultura. Sus palabras fueron recibidas con una sonora ovación de una concurrencia encabezada por el mismo Presidente de la República Giorgio Napolitano.
Ahora que ya se representó este domingo la última función, es el momento de disfrutar este amplio resumen.
La valquiria tecnológica de Barenboim inicia la temporada de La Scala
Efe, Roma. EL MUNDO
El director argentino-israelí Daniel Barenboim inaugurará este martes ( por el pasado dia 7 de diciembre ) la temporada operística del teatro de La Scala de Milán con una innovadora versión de 'La valquiria', de Richard Wagner, un espectáculo que fundirá lírica y tecnología, cuya dirección artística corre a cargo del belga Guy Cassiers.
Después de la polémica 'Carmen' que abrió la temporada el pasado año, recordada entre los elogios del público a la protagonista y a Barenboim y los silbidos a una dirección escénica que se salió de los esquemas tradicionales, esta 'Valquiria' se presenta como un "desafío" para el maestro, gran defensor de la obra de Wagner.
La dirección de Barenboim, que también abrirá la temporada 2011-2012 -con 'Don Giovanni', de Mozart- se suma a una arriesgada puesta en escena, del italiano Enrico Bagnoli, que ya ha generado gran expectación entre los críticos.
"Es un error quedarse aferrados al pasado y hay que pensar en una
'Valquiria' contemporánea y universal, como lo es toda la obra de Wagner", apuntó Barenboim en la presentación de la ópera, la segunda de las cuatro que forman la tetralogía 'El anillo de los nibelungos', de tres actos y casi cinco horas y media de duración.
Pero Barenboim defiende la evolución del género y reivindica la esencia de la obra wagneriana y su innovadora concepción de la ópera como obra de arte total -denominada 'Gesamtkunstwerk'-, como un escenario para la conjunción de elementos aparentemente incompatibles.
"Estoy seguro de que la primera vez que Wagner fue representado con ayuda de la luz eléctrica en Bayreuth los periódicos del tiempo escribieron que se había perdido la poesía. Es un error, porque la tetralogia misma se desarrolla con el propio ser humano y su evolución", apunta el maestro, de nacionalidad argentina, española e israelí.
Desligarlo de la nazi
Barenboim también insistió en la importancia de desprender a Wagner de su asociación con el nazismo, procedente de sus declaraciones contra los judíos y de la predilección que Hitler tenía por el compositor alemán.
"Si Wagner hubiera sido político, no hubiera sido un político de derechas -argumentó el director-, sin más bien un anarquista, un opositor de las convenciones sociales que impiden al hombre ser libre".
'La valquiria' de Cassiers y Barenboim propone un espectáculo con luces, proyecciones, líneas luminosas y globos en movimiento para la ópera elegida en la inauguración de la temporada lírica, que inicia la saga y el fatal encuentro entre dioses y humanos después del prólogo, 'El oro del Rin'.
Tres actos y más de cinco horas de duración con un reparto encabezado por el tenor Simon O'Neill (Siegmund), el bajo John Tomlinson (Hunding), el barítono Vitalij Kowaljow (Wotan) y la soprano Waltraud Meier (Sieglinde).
Además de emitirse en directo en salas de cine y teatros del país, el espectáculo se retransmitirá, como en anteriores ocasiones, en centenares de televisiones de todo el mundo, en directo y en diferido en función de la franja horaria.