jueves, 7 de octubre de 2010

Resistiré

Una buena amiga me recordaba esta tarde esta canción de Dúo Dinámico. Ya se sabe, a mal tiempo buena cara y en los peores momentos... resistencia. Dedicado a ella y todos los que cada mañana nos levantamos de buen humor aunque nadie, ni uno mismo, pueda entender el motivo.

Una mujer en la cima del mundo

La entrada de las mujeres a los grandes puestos en el mundillo de la prensa deja mucho que desear. Resulta curioso que ninguno de los grandes periódicos de España, Reino Unido o Italia tienen una máxima responsable. Francia es la excepción. Desde enero de este año Le Monde cuenta con una directora. Se trata de Sylvie Kauffman, una marsellesa que ya hizo historia cuando en 2004 fue nombrada la primera redactora jefe de ese mismo diario.
Ahora tendremos que ver si esta es la excepción que confirma la regla o si en un futuro próximo otros diarios siguen el ejemplo de Le Monde.



Juan Pedro Quiñones, en su página Una temporada en el infierno glosa de esta manera su figura.


Le Monde en manos de Sylvie Kauffman


Sylvie Kauffmann (55 años) encarna una doble “revolución tranquila”: es la primera mujer que dirige la redacción de Le Monde; y accede a ese puesto estratégico sin haber pasado nunca por la tradicional y fratricida “filial” de la política nacional.

PERIÓDICO MUY CONSERVADOR
“No llego a este puesto para gestionar un naufragio, si no para cambiar cosas de fondo, en tandem con Eric Fottorino”, comenta Kauffmann, agregando: “No se me ocultan las dificultades. Pero no se hubiese pasado por la cabeza rechazar un honor de este tipo. Con sus 280 periodistas, Le Monde tiene dos puntos fuertes: su experiencia y su independencia”.
Históricamente, Le Monde había buscado sus directores y directores de redacción en la cantera propia, curtidos durante años en las incontables batallas políticas y diplomáticas del periódico, que terminaron devorando a los elegidos. Fue el caso de André Fontaine y Jean-Marie Colombani, entre otros.
Kauffmann llega a la dirección en otra encrucijada histórica: cuando Le Monde aspira a integrar, de manera “reactiva”, la redacción papel, la redacción online y la redacción del magazine. “Le Monde es un periódico muy conservador en sus métodos -comenta Kauffmann-. Todo está profundamente enraizado en sus tradiciones y sus valores. Ha llegado el momento de cambiar, inventar, imaginar”.

REPORTERA COSMOPOLITA
Kauffmann llega a directora, tras una trayectoria brillantísima y atípica en la historia del periódico. Casada con un diplomático de carrera, más liberal que trostkista (como uno de sus antecesores), deportiva (va al periódico en bicicleta), jamás ha escrito editoriales políticos (el género de referencia de los directores del periódico), ganó su reputación como reportera cosmopolita, fue reclutada por Le Monde por el rigor de su trabajo como “agenciera”, delegada de la France Press en Londres (1980-84), Varsovia (1984-85) y Moscú (1986-88).
Nacida en Marsella, formada en París (ciencias políticas), Kauffmann comenzó como cronista de rock. Pero la profesión y el amor (siguiendo a su esposo en un dorado destierro) la llevaron por la España de la transición, la Inglaterra del teatcherismo, la Nueva Caledonia de las revueltas étnicas, la Europa del Este donde no cayeron las ilusiones que nunca tuvo pero se forjó su primera reputación de reportera libre e independiente.

CORREDORA DE FONDO
Ya en Le Monde, asistida, en Moscú (1988/9), por un “honorable corresponsal” del KGB, Kauffmann cubrió el final de la perestroika y el derrumbamiento del imperio comunista hasta 1993, cuando, siguiendo a su marido, se marchó a los EE.UU., donde trabajó como corresponsal de Le Monde, en Washington y Nueva York, durante los años Clinton.
De nuevo en París, el 2001, para dirigir el servicio de grandes reportajes, volverá pronto al Sur Este asiático (2006), durante una corta temporada, para instalarse definitivamente en París, en un rincón chic del distrito VI. Al ritmo dinámico de una corredora de fondo, Kauffmann fue cooptada como directora adjunta de la redacción, acompañando a Alain Frachon, su antecesor, que la recibe con simpatía: “Sylvie es muy tenaz. Y tiene carisma. No es una doctrinaria. No está marcada por antiguas batallas internas, que han desgarrado la redacción. Por todo eso, podrá triunfar”.

Al fin Vargas Llosa

Cuando le concedieron, hace ya bastantes años, el Nobel de Literatura a Gabriel García Márquez sentí que el autor de " Cien años de soledad " le había ganado la partida a su ex amigo Vargas Llosa. Su premio era también el de todos los grandes escritores del boom hispanoamericano, y eso dejaba sus posibilidades a cero. Con el tiempo temí que ocurriera como con mi amado Graham Green, eterno candidato al que año tras año la Academia sueca dejaba en el olvido para dar el premio a otros escritores, algunos con más que dudosos méritos.
Pero este año le llegó el turno a él y muchos, entre los que me encuentro, consideran que se hace justicia con uno de los grandes autores en lengua castellana.
Tres obras de Mario Vargas Llosa, en mi humilde opinión, marcan el punto fundamental de su obra. Y las tres escritas en los quince años que van desde 1962 a 1977: " La ciudad y los perros ", " Conversación en La Catedral " y " La tía Julia y el escribidor ". Su lectura es obligada y tal vez sea el momente de releerlas como homenaje a tan grande creador.







Para conocer mejor al escritor peruano es recomendable entrar en este enlace Entender el Universo Vargas Llosa publicado hoy por El Pais, un repaso completo a su vida y obra. Además en el podrán encontrar el comienzo de su última obra " El sueño del celta ".
Y para que no falte de nada la página web de Mario Vargas Llosa.