
Harvey Keitel es un cineasta griego, pero residente en Estados Unidos, que vuelve a su patria para buscar unos rollos de películas de los hermanos Manakis, tal vez los primeros rodados en su patria y auténtico " santo grial " para él. Las circunstancias le obligan a viajar por los Balcanes, en pleno conflicto de los noventa, hasta llegar a una Sarajevo destruida y en los peores momentos del conflicto. Y es precisamente allí, entre la desolación y la muerte, donde se concentran los momentos más espectaculares, más emocionantes, los que terminan por arrastrarnos junto a Keitel en pos de un " sueño imposible " quijotesco.
Recienteme logré volver a verla tras localizarla en una de esas catacumbas a las que a veces bajo, con gran alegría por otra parte pues la recuperaba tras casi quince años, y la sensación de estar frente a una obra maestra fue la misma que el primer día. Si algún día está a vuestro alcance, previo milagro, intentarlo. Como decía mi abuela, con el no ya vas.



