El caso de Teresa Buonocore trae por la calle de la amargura a la sociedad italiana. Fue asesinada el pasado día 20 de septiembre en la pequeña localidad napolitana de Portici por la familia de Enrico Perillo, el hombre al que había denunciado por abusar tiempo atrás de su hija. El gran delito de Madre Coraje, como ha sido bautizado por los medios de comunicación de Italia, fue enfrentarse decididamente a un pederesta sin importarle las presiones recibidas antes y durante el juicio para que retirara la denuncia. Dos sicarios contratados por la familia Perillo, a cambio de 10000 euros, terminaron con su vida desde una moto y tras lograr alcanzarla cuatro veces con un arma de 9 mm.
La corresponsal en Roma de ABC Verónica Becerril escribió esto en su blog del Grupo Vocento:
CUANDO LA REALIDAD SUPERA A LA FICCIÓN
En Nápoles la realidad supera la ficción. Ésta es la historia de Teresa Buonocore, una madre coraje que denunció a un jefe de la camorra napolitana por haber abusado de su hija menor. Con su acto de valentía, consiguió condenar en primer grado a 15 años de cárcel a Enrico Perillo por haber abusado entre 2006 y 2008 de su hija, pero firmó de este modo su sentencia de muerte, ya que Teresa fue asesinada el lunes con varios disparos en la cabeza mientras estaba conduciendo su coche.
Esta mujer de 51 años que testimonió en el juicio de su hija contra Perillo, sacrificó su vida por la verdad, pero en algunas zonas de Nápoles este valor es relativo. Hace tres años vivió un intento de asesinato, cuando quemaron su casa con su familia dentro, pero por suerte consiguieron escapar. Ahora Teresa deja una hija de 12 años y otra de 10, víctimas también de la venganza de la camorra.
Una venganza que se ha ido gestando a lo largo de los años, hasta este brutal asesinato por el que el jefe mafioso habría pagado según los medios italianos 10.000 euros. La policía napolitana ha arrestado a Giuseppe Avolio y Alberto Amendola, que en su perfil de facebook se define como un fan de Al Capone, por este asesinato. Ambos delincuentes confesaron ayer su responsabilidad, descubriendo la policía en un garaje de propiedad del mafioso un arsenal de armas.