Richard Wagner trabajó en Parsifal en tres épocas de su vida. Comenzó un primer borrador, un simple esbozo de la historia y de los personajes, en la Semana santa de 1857, tomando ideas de un boceto anterior, Die Sieger, Los victoriosos, de 1856. El proyecto quedó parado durante ocho años, tiempo que empleó en la creación de Tristán e Isolda y en los primeros pasos de Los maestros cantores de Núremberg. Es en de 1865 cuando completa un pequeño boceto de la obra. Este boceto contenía un breve resumen del argumento y detallados comentarios sobre los personajes y temas del drama.
Pero tampoco en esta ocasión el Parsifal corrió mejor suerte. Tuvieron que pasar más de once años para que Wagner se lo tomara en serio, y sólo tras terminar el ciclo de El anillo del nibelungo. Fué por tanto en 1877 cuando realizó un segundo y definitivo boceto y comenzó la composición de esta ópera. El estreno fue, como no, en Bayreuth en enero de 1882.
Ahora el Liceu barcelonés prepara, en coproducción con la Opernhaus de
Zurich, su Parsifal de esta temporada 2010-2011, que ofrecerá su primera función el próximo día 20. Michael Boder estará al frente de la Orquesta Sinfónica y Coro del Gran Teatre del Liceu y del Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana. La escenografía correrá a cargo de Christian Schmidt, y en los principales papeles estarán Klaus Florian Vogt, Anja Kampe, Alan Held, Hans-Peter König, Christopher Ventris, Evelyn Herlitzius, Boaz Daniel, Eric Halfvarson y Andrzej Dobber.
Recomiendo leer con atención Leyendas del Santo Grial y de Parsifal, de Francisco Viñas.
Este el argumento de Parsifal, según lo recoge la web arslyrica.org.uy
Antecedentes.
La primera regla de la orden del Grial es que sólo quien pueda renunciar al amor carnal merece participar de la fuerza milagrosa del Grial (el cáliz que contuvo la sangre de Cristo). Klingsor no se sintió interiormente capaz de cumplir con ella y por dicha razón se castró. Sin embargo, la comunidad del Grial no lo aceptó. En venganza, creo un castillo de ilusión con un vergel lleno de hermosas jóvenes mágicas y lo colocó no lejos del castillo del Grial. De esta manera, podía seducir a muchos caballeros de éste para que violaran sus votos. El mismo rey Amfortas sucumbió a la belleza seductora de Kundry. Klingsor le robó en ese momento la santa lanza y le produjo con ella una herida que no sanará hasta que un “necio puro” que se vuelve inteligente por la compasión le devuelva la lanza.
ACTO I
Cuadro 1
En el territorio del castillo del Grial, Montsalvat. Amanece. Kundry fue condenada a vagar eternamente y a no poder llorar, por haberse reído del Salvador en su camino hacia la cruz. Anhelando encontrar la redención, sirve humildemente a los caballeros del Grial y trae de todo el mundo los ungüentos mas secretos a Amfortas para que cure su herida, pero es inútil. Gurnemanz instruye a los escuderos sobre el por qué la herida de Amfortas no se puede cerrar y les cuenta también la profecía: un día aparecerá un necio puro que redimirá al rey. Un joven desconocido ha penetrado en el territorio del Grial tras matar un cisne con una flecha. Al pedirle explicaciones ya que no se ha tratado de una diversión, sino de un asesinato de un ser vivo, el joven rompe el instrumento del asesinato. Con ello, parece ser un ignorante, pero el mismo tiempo capaz de sentir compasión. Lleno de esperanza, Gurnemanz le lleva consigo al castillo del Grial.
Cuadro 2
Gran sala del castillo del Grial. Cada vez que se descubre el Grial, aumenta el Grial, aumenta el dolor de Amfortas, pero los caballeros del Grial exigen su alimento espiritual y el rey tiene que ejercer sus funciones. El “necio puro” lo ve todo, pero no entiende nada ni muestra ningún atisbo de compasión. Gurnemanz se siente decepcionado en sus ilusiones y le echa del castillo.
ACTO II
El castillo mágico de Klingsor y el vergel mágico. Kundry sirve a los caballeros del Grial, pero a la vez obedece las órdenes de Klingsor. Éste la llama a su presencia y le ordena que seduzca al necio que se está acercando. Las jóvenes mágicas le lisonjean, pero Kundry, con un beso, le introduce en el reino del amor y le llama por su nombre: Parsifal. Al hacerlo, despierta en él los conocimientos sobre su origen, la congoja y el dolor por la separación de su madre. Parsifal siente entonces compasión por todos los seres vivos, comprende cuál es la causa del sufrimiento de Amfortas y resiste los avances de Kundry. Klingsor le arroja la santa lanza, pero queda suspendida en el aire sobre la cabeza de Parsifal. Entonces Parsifal hace la señal de la cruz con la lanza y el engañoso reino mágico desaparece.
ACTO III
Cuadro 1
En el territorio del castillo del Grial, Montsalvat. Primavera. Amfortas no ha vuelto a descubrir el Grial desde hace meses. Faltos de su alimento espiritual, los caballeros ya no se adentran en el mundo como portadores de la paz, sino que llevan una existencia miserable en el bosque. En sus correrías por el mundo, Parsifal ha podido explorarse a si mismo y su sentido de la compasión. Regresa al territorio del Grial vestido de caballero negro, para redimir a Amfortas con la santa lanza (encantamiento del viernes santo). Gurnemanz le llevará por segunda vez al castillo: antes, sin embargo, el viejo caballero unge rey del Grial al “redentor redimido” y la primera obra de Parsifal es bautizar a Kundry.
Cuadro 2
En el castillo del Grial. El padre de Amfortas, Titurel, ha muerto y los caballeros se reúnen, exigiendo que se descubra el Grial. Amfortas, sin embargo, se niega a llevar a cabo esta ceremonia sacra. Entonces Parsifal asume el cargo de soberano y, con la santa lanza, da la anhelada redención a Amfortas. Kundry, redimida, muere.
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