sábado, 30 de octubre de 2010

Hoy me acordé de Paul Potts

Corría la primavera de 1997 cuando una tarde me suena el teléfono y una buena amiga tan aficionada a la ópera como yo me comentó lo ocurrido unas horas antes en el programa del Reino Unido Britains's Got Talent. Me fuí a YouTube y lo que vi me dejó helado. Unos impresentables se quedaban con un pobre hombre, al que el físico y el curriculum no acompañaban mucho, y después se quedaban con la boca abierta ante lo que estaban escuchando. Y es que el vídeo que encontré esta vez está maquilladito y limpio, que el inicial era mucho más duro. Se trataba de Paul Potts, no confundir con el genocida comunista camboyano, antiguo criador de cerdos y vendedor de teléfonos móviles. Aquella noche, y durante todo el concurso, canto el Nessun Dorma, pieza central de Turandot, la última ópera, inconclusa por cierto, de Giacomo Puccini.
Y que decir de Paul Potts. Bueno, está claro que le faltó en su día una buena educación musical y unos buenos maestros de canto, algo a estas alturas ya no tiene solución. Que indudablemente tiene una buena voz, pero jamás subirá al escenario de uno de los grandes templos de la ópera, pero que se puede defender muy bien en conciertos y con discos populares, de los que por cierto está vendiendo como churros.
Pero si algo está claro es que el señor Potts hizo más por la ópera aquella noche que muchos de los grandes divos, completamente desconocidos para la mayoría de la gente, en toda su vida. Y que para un concurso de mierda como ese, con unos cutrepresentadores como los que tiene, es un honor inmenso tener en el escenario a un tipo como Paul Potts.
Volver a ver su presentación " en sociedad " es un homenaje que debemos darle.




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