La ópera, la obra más importante del compositor polaco más importante de la primera mitad del siglo XX , transcurre en el libreto original en la Catedral Bizantina de Palermo, el patio de un palacio real o las ruinas del Teatro de Siracusa. Pero la propuesta de el director de escena polaco Kristoph Warlikowski nos lleva a unas estancias más modernas con piscina y anuncios de Neón.
Todo para contarnos la historia de un rey cuyo reino se pone patas arriba por la llegada de un pastor, que algunos ven como un Mesías y otros como un blasfemo que quiere apartar al pueblo de su fe cristiana. Un hombre venido de las colinas esmeraldas que seducirá al rey, a la reina y a la nación.
El reparto está encabezado por el barítono polaco Mariusz Kwiecen, y al que aquí Warlikowski hace aparecer como un decadente hombre de negocios que necesita inyectarse heroína que le ofrece su mayordomo. El pastor, al que da vida el tenor norteamericano Will Hartmann, es una criatura de rasgos afeminados y uñas pintadas de rojo, seguido primero por una corte de efebos y más tarde por un séquito de enanos con cabeza de ratón Mickey. La reina Roxana es la soprano ucraniana Olga Pasichnyk, poniendo cuerpo y mente a la belleza en medio del caos.
Y todo acompañado de proyecciones de los miembros del coro y fragmentos de películas como Flesh de Andy Warhol o Teorema de Pier Paolo Passolini.
Recordar que esta version de El Rey Roger fue la última producción lírica de Gerard Mortier al frente de la Opera Nacional de Paris, el hombre que ya rige los destinos, en medio de una gran polémica, del Teatro Real.
Aquí os dejo el enlace que sobre este estreno ofrece el propio Teatro Real, dos fragmentos de su representación en París, la conferencia de José Luis Tellez, siempre interesante, y creo que en esta ocasión especialamente, y algunas imágenes del montaje.
El Rey Roger en el Teatro Real
