lunes, 15 de noviembre de 2010

La Bohème

Que se estrene una película basada en una ópera siempre es una alegría. Todavía recuerdo la Madame Butterfly de Frederic Mitterrand ( 1995 ), que la Asociación Lírica Asturiana estrenó en el Teatro Jovellanos. Ahora le toca el turno a La Bohème de Robert Dornhelm, con la presencia de Anna Netrebko y Rolando Villazón en los principales papeles.
Reconozco que no he tenido la oportunidad de verla, espero poder hacerlo en Madrid este próximo mes de diciembre, pero por lo visto hasta ahora parece realmente un gran espectáculo. Netrebko, Villazón, la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera, Bertrand de Billy... Todos los mimbres para hacer un buen cesto.
Para ir abriendo boca os dejo la crítica de Julio Bravo en ABC, el trailer, un especial de la ORF alemana, el Making Of, cerca de una hora, y una interesante entrevista con Robert Dornhelm en Ópera Actual. Todo con la intención de meteros en ganas de verla. Espero conseguirlo.



Anna Netrebko y Rolando Villazón, bohemios de películaRobert Dornhelm lleva nuevamente al cine la ópera de Puccini «La bohème»
JULIO BRAVO ABC

La historia de amor entre ópera y cine viene de antiguo, aunque nunca haya terminado de cuajar; cada arte tiene sus propias reglas. Han sido muchos y muy distintos los intentos de convertir las grandes óperas en películas: desde la «Aida» de Clemente Fracassi, donde Sophia Loren le prestaba el cuerpo a la voz de Renata Tebaldi (o viceversa) hasta «La traviata» de Franco Zeffirelli, protagonizada por Plácido Domingo; desde el «Don Giovanni» de Joseph Losey a «La flauta mágica» de Ingmar Bergman. Y siempre han sido productos que no han terminado de cuajar.
Robert Dornhelm, nacido en Rumanía, naturalizado austríaco y ciudadano estadounidense, volvió hace un tiempo los ojos (la película se rodó en 2008) hacia «La bohème», uno de los títulos más populares del repertorio operístico y una de las obras más hermosas del género (y que, previsiblemente, estará ausente del Real durante los próximos años, a menos que Gérard Mortier cambie de opinión sobre Puccini). Dornhelm, un director con amplia experiencia en las películas para televisión, contó con la pareja operística del momento, la soprano rusa Anna Netrebko y el tenor mexicano Rolando Villazón.
La química entre los dos cantantes es evidente, y es una de las grandes bazas de esta película, en la que la partitura de Puccini suena esplendorosa, con Bertrand de Billy al frente de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera. Tanto Netrebko como Villazón conocen perfectamente sus personajes y se encuentran en ellos como pez en el agua. La exquisita soprano, especialmente, se beneficia de la cercanía para mostrar la decadencia física de su personaje, Mimí, consumida por la tuberculosis. Nicole Cabell, Gerge von Bergen (con la voz de Boaz Daniel), Adrian Eröd (con la voz de Stéphane Degout) y Vitaly Kovalyov encarnan respectivamente a Musetta, Marcello, Schaunard y Colline, los principales protagonistas de esta ópera. Según la producción, el director pidió compromiso total a los cantantes, que no sólo hacían playback sobre sus propias grabaciones, sino que cantaban a voz durante el rodaje (que nunca empezó, se cuenta, antes de las diez de la mañana para no dañar las voces».
Rodada por completo en los estudios Rosenhügel de Viena, la película tiene un cierto aroma clásico y no parece querer esconder el sabor a cartón piedra en la escenografía; no hay ambición de magnificencia y sí un evidente regusto teatral.






Especial ORF



Making Of













Mi principal motivación para rodar la ópera de La Bohème era rendir homenaje a Netrebko y VillazónÓpera Actual




Señor Dornhelm, hace poco usted rodó una miniserie en cuatro partes llamada Guerra y Paz, una adaptación cinematográfica de la obra maestra de Tolstói. ¿Qué siente uno al rodar una ópera?Siempre pensé que la ópera era un género fácil. Pero ahora sé que la ópera no es fácil para nada. Creía que haría óperas cuando me jubilase, una cada año, y escucharía música bonita y disfrutaría de la vida. Después de sólo tres días en el plató estaba totalmente agotado e incapaz de escuchar más música clásica… ¡Es broma! (ríe). Ha sido una experiencia magnífica, una gran alegría y un cambio estimulante poder trabajar con artistas como Rolando y Anna, dado que actúan de distinta manera que los actores acostumbrados a la cámara.


¿Se nota mucho que estos artistas provienen de mundo de la ópera y no del mundo del cine?Para nada. Son muy naturales y realmente ha sido una sorpresa extremadamente positiva. Son actores con talento natural y no resultó nada difícil mantenerlos alejados de la ópera. Son profesionales de pura sangre, me refiero a ambos.


¿Cual es la diferencia entre rodar una película sobre una ópera y una producción de una ópera clásica?
La mayor diferencia es que la cuarta pared está cerrada en la película. Los actores no tienen que prestar atención a la audiencia. Pueden girarse 360º y las cámaras siempre están cerca. Capturan el mundo íntimo de la historia.


¿Qué fue lo que más te atrajo de este proyecto?A primera vista parecía como si no hubiese peor director que yo para rodar una película sobre la ópera, ya que normalmente la ópera no es mi dominio. Me resulta demasiado estática. Pero una vez empezado el proyecto, he querido crear algo que no solo fuera una ilustración de la música, sino que también he querido volver a contar una historia de amor apasionante y emocionante. Una historia de amor trágica contada a través de algunos cambios de tono, no tanto en la música pero en el ritmo, y a través de la apertura de los platós.
También me interesaron mucho los aspectos crítico-sociales de esta ópera y las contradicciones entre los personajes de La Bohème, es decir, su representación y cómo experimentan verdaderamente la vida. Me interesaron muchos aspectos que no tienen nada que ver con la obra. De hecho, la música ha hecho gran parte de mi trabajo, solo tenía que representarla fielmente en imágenes. Esto quiere decir infundir vida a las emociones auténticas, darle naturalismo y trabajar en los detalles.

La banda sonora de nuestra vida: Bienvenido Mr. Marshall

Imprescindible. Ese es el calíficativo que, como mínimo, recibe Bienvenido Mr. Marshall en todos los comentarios que se pueden encontrar en cualquier libro de cine. Y muchos, entre los que me encuentro, la consideran la mejor película española de todos los tiempos. Brillante sátira de una España que se fue para no volver, sumida en una digna pobreza y aislada tras finalizar la Segunda Guerra Mundial.
A un pequeño y ficticio pueblo, Villar del Río, llega la noticia de que el representante de EEUU pasará por los pueblos de la zona para dejar su parte del botín del Plan Marshall. El alcalde ( Pepe Isbert ) no está dispuesto a que se le escape la oportunidad de que su gente prospere y decide, con la inestimable colaboración de Manolo ( Manolo Morán ), agente artístico del la folclórica Carmen Vargas ( Lolita Sevilla ) y hombre presuntamente experimentado en montar espectáculos en el mismísimo Boston, preparar su propio plan: convertir a Villar en un típico pueblo andaluz, algo que suponen encantará al " amigo americano ".
Y todos siguen a su particular flautista de Hamelín hasta el precipicio. Después todo volverá a la normalidad, los sueños tendrán que dormir el sueño de los justos y la realidad se impondrá machacona y puñetera.
Es de destacar la capacidad que Berlanga y Bardem tuvieron para enmascarar en forma de comedia intrascendente lo que realmente era una crítica ácida y mordaz de la España del momento. O tal vez, lo que la censura vio en realidad fue otro tipo de crítica acerada, la que despliega contra el dueño de occidente que nos dejó fuera del reparto del pastel. Vaya usted a saber.
Luis García Berlanga y Juan Antonio Bardem dirigieron dos años antes Esa pareja feliz, pero en esta ocsión la dirección pasaría directamente a Berlanga, mientras Bardem, junto a Miguel Mihura, se encargaría del guión. El resultado ya forma parte de la historia del cine español.
Tras pasar por el Festival de Cannes la película se estrenó en nuestro país con gran éxito. Pero ségún fueron los años su leyenda se fue agrandando hasta nuestros días. La frase de Pepe Isbert en el balcón del ayuntamiento, Como alcalde vuestro que soy os debo una explicación, y esa explicación os la voy a dar porque os la debo, es tan nuestra como el toro de Osborne.
Rodada en buena parte Guadalix de la Sierra, en 2002 se reestrenó alli dentro de los actos preparados para celebrar los cincuenta años transcurridos desde su rodaje.
El fallecimiento el pasado sábado de Luis García Berlanga es motivo más que suficiente para traer al Bienvenido a este pequeño repaso a la banda sonora de nuestra vida.
Y junto al inolvidable Americanos también podéis ver un interesante montaje con las escenas más significativas de la película.