Y todo nació por el desengaño amoroso recibido por un jovencito alumno de Harvard que terminó con una página web por medio. Su éxito provocó que los hermanos gemelos Cameron y Tyler Winklevoss se fijaran en él para poner en marcha su página que pusiera en contacto a grupos de amigos. A partir de ahí todo es historia. Marck Zuckerberg decidió ir por libre, dejó tirados a los Winklevloss y terminó por romper con su amigo Eduardo Saverin, su mano derecha desde un principio y en este caso cuando Facebook ya tenía un millón de usuarios y comenzaba a ser una locura.
La broma le costó a Zuckerberg sesenta millones de dolares de indemnización en el caso de los gemelos Winklevloss y, se rumorea, más de cien para zanjar sus cuitas con Saverin. Pero eso es pecata minuta si tenemos en cuenta las cifras que se mueven en este caso: Facebook lleva recaudado desde su nacimiento cerca de veintitrés billones de dólares y la fortuna personal de Mark Zuckerberg se calcula ronda los siete mil millones.
Pues esta es la historia que narra The Social Network ( La red social ), la película que en EEUU rompió la taquilla en este comienzo de otoño y que acaba de aterrizar en nuestro país el pasado viernes 15. Bajo la dirección de David Fincher ( Seven, El Club de la lucha, Zodiac, El curioso caso de Benjamin Button ) y con guión del celebrado Aaron Sorkin ( basado vagamente en el libro The accidental billonaires de Ben Mezrich ), creador de El Ala Oeste de la Casa Blanca, una de las series de más prestigio de los últimos años, pero también de títulos tan sugerentes como Algunos hombres buenos o La guerra de Charly Wilson, la narración se adentra en la esta historia, que en otras circunstancias sería intranscendente pero que en este caso adquiere transcendencia mundial.
El propio Sorkin desveló en su presentación el desarrollo utilizado en el guión al apuntar que está contada desde tres puntos de vista diferentes: el del propio Zuckerberg, el del socio original que le demandó, Eduardo Saverin, y el de los gemelos Winklevoss , que también le demandaron por “ robarles “ la idea y cerraron un acuerdo privado de 65 millones de dólares.
El propio Sorkin desveló en su presentación el desarrollo utilizado en el guión al apuntar que está contada desde tres puntos de vista diferentes: el del propio Zuckerberg, el del socio original que le demandó, Eduardo Saverin, y el de los gemelos Winklevoss , que también le demandaron por “ robarles “ la idea y cerraron un acuerdo privado de 65 millones de dólares.
Y ahora Fincher y Sorkin caminan con su visión particular de Facebook camino de los oscars, una carrera en la que parecen tener cierta ventaja sobre los otros titulos que suenan insistentemente en las quinielas. Muy pronto sabremos la respuesta a esta incógnita. Y mientras tanto a disfrutar de esta intriga en que muy pocos están ajenos.